¿Cómo elegir un psicólogo?

Orientación
Laura Marín Cuesta

Laura Marín Cuesta

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¿Cómo elegir un psicólogo?

La psicología sanitaria es una profesión regulada.

Esto quiere decir que requiere de cierta certificación y trámites que garantice unas competencias para su ejercicio.

¿Cuáles son?

requisitos para ejercer la psicología sanitaria

¿Por qué te contamos esto?

Como en otras profesiones existe intrusismo laboral. Es decir, hay personas que sin el título o autorización para realizar esa actividad profesional la ofrecen y desarrollan. Incluso pueden hablar de sus servicios en redes sociales, ya que los mecanismos reguladores como el COP no alcanzan a verificar muchos casos.

Este aspecto es serio porque podrías confiar tus problemas personales o intimidades a una persona sin las competencias necesarias para ayudarte de manera profesional. Hablamos de recibir un feedback inadecuado en cuanto a la evaluación y tratamiento:

  • Una explicación que no te ayuda a esclarecer más tus problemas o incluso te puede hacer sentir peor.
  • Pautas que no resultan útiles para mejorar tu día a día.

Además de la disminución de recursos económicos y psicológicos invertidos (esperanza de que el malestar mejore, las situaciones del día a día).

Muchas personas que van al psicólogo y depositan sus esperanzas en él, concluyen que no tienen solución cuando no observan mejoría. Esta conclusión es muy dañina y puede no ser cierta ya que el éxito de la terapia depende de varios factores.

No tenemos por qué estar revisando el trabajo de los demás pero sí podemos realizar algunos pasos sencillos para conocer el servicio por el que estamos pagando:

  1. Consultar información sobre su trayectoria profesional: algunos (como nosotros) la tenemos disponible en la propia web pero también puedes consultar linkedin, y buscadores como google. Así ves información que te puede ayudar como las reseñas de anteriores pacientes.
  2. Preguntar la orientación desde la que trabaja para hacerte una idea en líneas generales de cómo va a ser el tratamiento: activo, pasivo, centrado en los pensamientos o por el contrario la conducta, etc.
  3. Valorar (si no te lo ha propuesto él/ella) transcurridos unos meses (por ejemplo 6) en qué te ha servido y qué te gustaría mejorar.

Por aportar más luz, te resumimos algunos tratamientos categorizados como pseudoterapias por el Ministerio de Sanidad en su Plan de Protección de la Salud de las Personas frente a las Pseudociencias.

pseudoterapias según el ministerio


Puedes consultar más información aquí: #coNprueba

Con todo y con esto, debemos tener en cuenta que el éxito de la terapia no solo depende del terapeuta.

Algunos estudios (Lambert, 1992) indican que las características del paciente y su entorno influyen en un 40%, siguiéndole la calidad de la relación terapéutica (que sea un ambiente cálido, empático, en el que puedas expresarte libremente) en un 30%. Después, intervendrían el efecto placebo o las expectativas de mejora sobre el tratamiento (por parte de paciente y terapeuta) y las técnicas específicas de cada enfoque. Ambas con un 15%. Además, sabemos que cuanto menos tiempo transcurra entre el inicio de los síntomas y la terapia, el pronóstico es mejor.

Por último, te recomendamos que des una vuelta a los factores que pueden influir en tu implicación. Por ejemplo:

  • Si no sueles tener tiempo, sería bueno que tuvieses la posibilidad de que se pueda hacer online o flexibilidad de horarios.
  • Si no sueles dedicarte tiempo a ti misma, que sea una terapia activa con tareas. Esto hará que prestes más atención entre sesiones desde el inicio y así experimentar lo tratado en tu día a día.

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Laura Marín Cuesta

Orientación

Psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga, experta en terapia cognitivo conductual.

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